TRADICION ORGANÍSTICA 

El día 13 de abril de 1603, mismo año en el que se inició el expediente en el Arzobispado de Toledo para la construcción e instalación del retablo mayor de la iglesia de Colmenar de Oreja, se reunieron en esta entonces villa don Diego González, clérigo presbítero, don Gabriel González de Donantona, mayordomo de la iglesia parroquial, y don Melchor de Miranda, organista de la “Santa Iglesia de la ciudad de Toledo”, a quien se encargó la construcción de un órgano, firmando como testigos del contrato los vecinos de Colmenar de Oreja Alonso de Billacis, Benito González y Antón de Rama; haciéndolo como fiador del constructor Melchor de Miranda don Francisco Suárez Maderero, vecino de Toledo, y dio fe del acuerdo el escribano de la villa, Marcos de León.

 Figura en el contrato que el órgano ha de ser “encastillado de cinco mitras, que el cañón mayor tenga catorce palmos de bara desde la boca arriba sin el pie que tendrá otro palmo y medio. Yten que el dicho órgano sea del tono de las flautas baxon y chirimías de cinco diferencias que una a de ser un enflautado sonoroso y abultado y otra unas otabas de caños abiertos que tenga el cañon mayor siete palmos y otra unas flautas atapadas y otra un lleno y la otra un churunbelado de doçenas toda esta cañutería a de ser de estaño fino y las flautas de estaño y plomo. Yten que toda la dicha cañutería está asentada en un tablón de pino seco y capas de pino y los rregistros de nogal que se registren sin que le levante el tañedor de la silla. Yten hara una caxa de pino seco bien labrada apinaçada y los lados apinaçados con sus molduras al rromano y dos puertas guarnecidas de angeo y su puerta en el juego con llave. Yten la dicha caxa a de tener cinco archetes de (1010v.) tabla con sus remates en la coronación y el órgano tres fuelles del grandor que convenga al dicho órgano guarnescidos de baldreses doblados los quales estén asentados en una cama de pino que se entone con sus palanquillas que sean fáciles de entonar todo lo qual hara en toda perfecion a bista de oficiales que lo entiendan puestos por ambas partes.”

Consta en el contrato que el órgano debería estar hecho y acabado y puesto en la iglesia en el plazo de un año “dándole la yglesia carros en el que lo trayga y si trayéndole rresciviere algún daño a de correr por el y lo enmendara a su costa”.

 El precio que se fijó fue el de quinientos veinticinco ducados “en rreales y más los cañones del horgano de la dicha iglesia pocos o muchos los que obliere que esto se le a de entregar luego”.

El pago había de hacerse en varios plazos: el primero mediante un pago de dos mil reales, tras la firma de las fianzas, y otros mil reales para la festividad de San Miguel en septiembre de ese año de 1603. Para esa fecha debería estar hecha la mitad del órgano. El resto del órgano se pagaría una vez estuviera colocado en la iglesia y a satisfacción de los oficiales expertos propuestos por cada parte.